viernes, 21 de noviembre de 2014

Lia Harris 5: A traves del plexiglas

Lo dicho.
 Lo sabia.
 Gracias a mis contactos me entere que el capitán Nu se encontraba detenido por Desacato a  sus superiores.
Pero ese era el cargo mínimo. ¿Que había hecho?
Tenia que conseguirme una entrada a la prisión.
Sentía la culpabilidad azotando incansablemente mi persona. Era lo correcto lo que quería conseguir . Pero los métodos que utilizo. Los métodos que yo lo obligue a usar. Esa era mi preocupación.
Demonios capitán!
Me costo hacer de celestina con el guardia y 10 minutos de visita sigilosa.
Nada me había preparado para lo que vería ese día.
Estaba aun algo molesta, me sentía culpable. Entonces le vi.
Detrás del plexiglas, que tenia un extraño efecto de alienar a las personas. Se veían menos reales. En general.
En este caso yo vi algo que no había pensado ni imaginado ver jamas porque no pensaba que existia.
No vi al capitán, no vi al guerrero orgulloso nazzadi.
Vi un hombre, un hombre desesperanzado y frustrado. La parte humana de la genética de Nu que habría jurado que no existía.

-Hola capitan- le dije sacando el alegre sarcasmo de algún lado. Mi orgullo quizás.
-Lia Harris- dijo con una extraña expresión que no supe descifrar. Algo como eso que siento al comer mi barra de chocolate al final del día (gracias a todas esas almas que permiten que mi chocolate llegue hasta mi**).
-Capitán me perdonara pero ¿ en que problema se metió?- digo honestamente
-En uno que hace que la oficial Harris tome de su tiempo de franco para visitarme.- dijo sonando casi divertido- y es teniente- con la voz mas apagada.
-TENIENTE!? ¿como pudieron hacerle eso?- le degradaron. ¿Que rayos había hecho?
-Lo hicieron, quizás me lo merecía- dijo sonando conformista.
- Bueno mal no le va a hacer- dije antes de poder evitarlo.
 -¿Es así?- inquirió  con intimidante curiosidad. Ya no era capitán. Podía decir lo que había querido desde que lo conocí.
- Si, así conocerá como es la vida acá abajo. Entre los mortales- le dije desafiante.
-Tendrá que enseñarme entonces- dijo con el ceño fruncido- como sobrevivir acá abajo.- mueca de superioridad.
- Supongo que en parte se lo debo- dije apenada.
- Usted no me debe nada- dijo subiendo un poco su tono hasta perder un poco la neutralidad normal de su voz- es mas-su tono bajo - yo le debo algo a usted. Pero igualmente agradecería su ayuda.- esto ultimo sonó casi humilde.
La sorpresa me dejo muda por un momento.
- Si yo me hubiese quedado callada usted no estaría aquí- le dije.
- Si usted se hubiese quedado callada yo seguiría cometiendo un error . Un grave error.
Callé. Esas habían sido mis palabras. No podía contradecirme. Menos ahora.
Bueno teniente Nu, cuando lo sueltan- le dije sonriendo- los Mi-Gos no se matan solos- a modo de broma.
El entendió mi afán de aligerar el tema. Pero no pudo decir nada.
¿Tanto?- dije
- No se- respondió mirando el suelo- puedo pedirte algo- se apoyo en el plexiglas y empezó a subir la mirada hasta que se encontró con mis ojos del otro lado- ¿puedes salir conmigo cuando me dejen libre?
El calor de su mirada me inundo inesperadamente.. no había visto esa mirada. Mis ojos trataron de evitar los suyos y solo lograron ver el resto de su anatomía. Sus brazos fuertes, sus anchos hombros, su torso cubierto por su camiseta de fatiga sin mangas. ¿ Necesito acaso describir como se ve la perfección genética? Y todo en un perfecto modelo color obsidiana con la única excepción de sus tatuajes tribales.
Lo mire nuevamente a los ojos, en parte rendida ante lo inevitable, en parte tomando con menos seriedad la invitación. O sea asumo que solo quería agradecerme por abrirle los ojos. O por visitarlo. O por ambas.
Claro- dije tratando de sonar lo mas normal posible.
Con la tristeza que residía aun en sus ojos me sonrió.
¿Como? ¿como un hombre tan vulnerable podía verse tan sexy?
- ¿Me contara lo que hizo?- le dije abrumada por los sentimientos encontrados.
- Lo haré- me dijo convencido- pretendo contarte mucho sobre mi. Espero tengas la paciencia de escuchar.
Sonreí. Afirme con la cabeza.
El guardia se acerco para avisarme que era hora de irme.
- No quiero que te enteres de otra forma- me dijo mientras me alejaba- Golpee a un superior.
-¡¿Que?! Capitán .. digo teniente.. ¡sabe que las cosas no se resuelven así!- le dije molesta.
- Lo se. Pero no pude evitarlo- dijo avergonzado- Lo haría de nuevo si pudiera. Logre el objetivo igualmente ¿no?
Su cara de verguenza era otra que no conocía. Por dios, si el hombre jamas había demostrado emociones y hoy parecía un crisol de ellas
Confusa me di la vuelta y me marche.
Ya hablaríamos cuando el saliera de allí.  Pero al salir yo de ahí me encontré con otro imprevisto. Smith me estaba esperando. Estaba en problemas. Cuando la rama de intel de la milicia quería hablar contigo, era sabio temer.
Debo hablar con usted, oficial Harris.- justo lo que no quería escuchar- es sobre el teniente Nu- quizás el día de sorprendan a Lia aun no terminaba.

+Nota explicativa:
* Los caramelos , barras de chocolate y similares no forman parte de la comida reglamentaria. Asi pues tenerla, es una falta menor. Solo se consigue por "intercambio informal no autorizado".












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