sábado, 22 de febrero de 2014

Lia Harris capitulo 3 El chico del futuro

Para mi buena fortuna los capitanes no se enojaron tanto.
Cuando alguien lucha tanto como los capitanes por demostrar su valía bajo las circunstancias y mas aun su lealtad profunda, tienden a tomar las situaciones con una seriedad exagerada como si cada acto que cometiera la escuadra fuera un reflejo fiel de su pensamiento y su actuar.
Si actuábamos mal, ellos quedaban mal.
Eso podría haberme molestado o sanado desagradable pero la historia diría que se convertiría en un punto de quiebre.
Estábamos acostumbrados a ver a Cadmus transitar con su traje flúor de " no me pierdan de vista", aburrido sin rumbo alguno.
yo solía hablar con él de temas banales de vez en cuando. A el le gustaba escuchar como funcionaba el mundo ahora y a mi como era su mundo del futuro. Cosas mas sociales que intel.
Cada vez eran mas frecuentes nuestras conversaciones.
Hasta que llego el día en que descubrimos que teníamos el mismo amor por los juegos de simulación mecha.
Empezamos a competir. Ganaba tanto como perdía. Lo que era irreal para mi, eterna invicta.
Me gustaba pasar mis ratos libres entre simuladores y las conversaciones comiendo chocolates en el pasillo.
Siendo sincera, no solo eso me gustaba. EL me gustaba.
Cuando intente acercarme al tema, él me expuso el problema.
El venia de un tiempo que aun no llegaba, lo cual ya sabia pero eso significaba que no podía influir en mi presente. Porque existe algo llamado "paradoja" que evitaba o complicaba que las cosas que no debían suceder pasaran.
Entre regañadientes y pensando que quizás en parte quería ahorrarme la vergüenza de rechazarme. Cedí.
No volví a tratar de acercarme a él de esa forma.
 Entonces sucedió.
Kowalsky era un oficial extraordinario, excelente piloto, aun mejor en combate. Un buen amigo.
En medio de una lucha contra espantosas criaturas, tuvo la peor reacción esperada. Se congelo. Le dispararon. Murió.
Como podríamos seguir como escuadra después de ello?? como??!!
Para furia mía los capitanes se comportaron como si nada diferente hubiera pasado.
Esta bien, yo se que la gente muere a diario en una lucha como la nuestra.
No había en los rostros de los capitanes señales de pena ni siquiera empatia.
No se lo permitían por las razones equivocadas a mi parecer.
Motivos que los separaban mas de nosotros, el resto de la escuadra.
Recurrí a Cadmus (a quien comencé a llamar "Caddy" en mi papel de amiga, era algo simbólico, a el no le molesto). Cuando converse con él de mi pena, parecía que el dolor se hacia mas llevadero.
Aguantaba la cara frente a los capitanes de mejor forma.
Cada segundo libre lo pasaba con "Caddy", por eso estaba con el cuando me llego la invitación a la fiesta de disfraces.
Un intento extraño de los capitanes de acercar mas al grupo y distendernos bajo las dificultades.
Tiempo para una sutil o quizás no tan sutil acto de rebeldía.