Mi nombre es Julie Cheng, consejera personal del emperador. Por los últimos 100 años.
Mi emperador es un hombre de negocios exitoso, mi trabajo es hacer que todo suceda de manera rápida, efectiva y sin complicaciones.
Yo tengo lo que necesita cuando lo necesita.
Una vida realmente tranquila, la verdad.
Cuando tengo tiempos libres descanso en mi pequeño departamento y veo televisión. La vida parece transcurrir según lo previsto.
Pero un día sucede un inconveniente, el príncipe toreador muere. Su guardaespaldas era uno de los nuestros.. le cuesta aceptar su error. Se va.
Un Malkavian decide tomar su lugar. Quizás sea algo bueno dirán. Pero la verdad el imperio esta sobre todo eso, no nos afecta demasiado.
Un día somos llamados a una reunión.
El príncipe nos llama debemos ir...- le digo al emperador, la verdad no entiendo del todo porque un emperador debe supeditarse a un mero príncipe pero que mas da. Iremos.
El príncipe quiere dejar su cargo pero solo lo hará a quien lo asesine y sobreviva a los otros contendientes o sea, los otros clanes.
Umm, suena absurdo pienso y sonrió, absurdo, siempre me ha gustado esa palabra. Mi sonrisa se congela al ver al emperador matar al príncipe.
Te convertiste en un aburrido príncipe.
Alguien mas desea el cargo?- dice el emperador con parsimonia.
Todos callan.
Yo digo - Creo que este cargo tiene un mal augurio. Esta maldito. No le aconsejo tomarlo emperador. Aparte todos sabemos lo confuso que seria un emperador/príncipe- estoy hablando de mas, mejor callo.
No me interesa el cargo Julie. Lo sabes.
Y bien? alguien se ofrece?- dice como si fuera un subastador.
Todos se niegan de alguna forma.
No es que le tengamos miedo al cargo, emperador. Solo no nos interesa de momento- dice la jefa del clan brujah en nueva york.
El look de esta mujer siempre me desconcierta no encaja con el mundo actual o soy yo la que no lo hago??
Bueno yo visto mi traje tradicional de consejera con un qipao tradicional (no me gustan los kimono) y mi sombrero de cuentas.
Mientras ella luce el cabello corto, rapado en la mitad de la cabeza pero el resto es rojo fuego. Viste ropa de cuero bastante ajustada. Sus tatuajes cambian a diario.
Ya me distraje, uff no que no haya perdido nada importante.
Bueno citaremos a una reunión para ponernos de acuerdo- dijo el emperador- Julie revisa nuestra agenda y ubica esta reunión tan divertida (su sarcasmo podía verse claramente) piénsenlo bien, piénsenlo bien. ¿quien quiere morir ahoraaaa?- dijo con una amplia sonrisa.
¿Que va a pasar ahora emperador?- le pregunto antes que alguien salga.
¡¡Empieza la diversión y todos querrán venir a jugar!!¡debemos tener juguetes para todos!- parecía un niño cerca de navidad.
Un mes después las reuniones se volvieron frecuentes, no porque no lográramos encontrar un príncipe (lo cual era un tema) sino porque un nuevo problema había aparecido a raíz del primero, el sabbat tocaba nuestra puerta, básicamente para eliminarnos a todos.
Gente nueva empezó a llegar, entre ellos alguien llamo mi atención un brujah que llego para transformarse en la mano derecha de la pelirroja. Un vaquero de tomo y lomo de cabellos color trigo y ojos azules.
Había algo en él que me inquieto levemente. Lo desestime. Quizás era la familiaridad con que me había saludado.
Olvide el incidente. Especialmente después que el desastre que sucedió. Tratamos de atrapar al soplón entre nosotros y en el camino muchos de nosotros no regresaron. Yo estuve a punto de morir al saltar de un helicóptero y ser aplastada por el mismo al esconderme en un auto.
El emperador quedo gravemente herido. Fuimos afortunados. Algunos clanes perdieron a sus jefes, algunos se perdieron.
Debíamos reorganizarnos. La guerra había empezado. Solo eramos unos pocos que estábamos listos para la pelea.
Por suerte nosotros eramos uno de ellos y con David(el ex guardaespaldas toreador) de vuelta seria mucho mas entretenido.
A pulir la katana y combatir.
Sabíamos que el clan gangrel por fin enviaría representantes, desde Rusia ni mas ni menos.
Habría que ver si estaban dispuestos. El sabbat pensaba que podía entrar a Nueva york a cazarnos como ratas. Nosotros les mostraríamos quien eran las ratas en esta ecuación.
En tiempos como este mi papel de consejera cambiaba a general. Las cartas empezaban a disponerse, la paz se había acabado.
El caos se volvía una contante y oh! eso sonaba mas tentador de lo que esperaba..
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