En aquel día, en aquella fiesta de alta sociedad, descubrí que en el mundo sucedían mas de lo que yo tenia la capacidad de enterarme.
Pero al mismo tiempo, yo tenia tanto capacidades como posicionamiento idóneo para ayudar.
Mi hermoso y pequeño local seria el lugar de reunión tras cada investigación.
Joyas habían sido robadas desde Egipto, gente desaparecía. Todo parecía no tener relación.
Fácilmente pudimos notar que nuestras capacidades estarían un poco excedidas.
Es cuando encontramos la ayuda.
Habían traído una momia en la misma expedición de las joyas de Isis. El asunto es que en aquella extraña expedición habían tenido un grupo de apoyo que tuvieron la suerte de regresar sin mella.
Cuando se acercaron preguntando por mi, no pude evitar sentirme abrumada.
Hace una semana había empezado a ayudar en la investigación y mi ayuda a pesar de ser una dama, se basaba en un arte desarrollado a la par del culinario. Lanzar cuchillas. Todo tipo de ellas.
Empezó prácticamente como un indicio de mi temperamento francés pero al tiempo adquirí técnica y certeza.
Era la mano que actuaba mas que la mente que pensaba, se podría decir.
El asunto es que dado el carácter conflictivo del asunto, mi ayuda no era suficiente.
He ahí la necesidad de contactar este grupo de aventureros. Quienes parecían estar ansiosos de ayudarnos a resolver este problema que asumían de alguna forma como responsabilidad propia.
Se presenta ante mi Oskar , un bestial ratón de negros cabellos bien vestido y acicalado*. Se veía en él su espíritu de líder, era un hombre correcto y compuesto. Tanto era así que me sentía intimidada por sus buenas maneras.
A su lado un bestial zorro de cabellos rojizos al cual Oscar presenta como Carnival. Un hombre alto y de espaldas anchas que parecía ser el poseedor de la mayor fuerza del grupo. Algo tosco socialmente pero honesto al parecer
Al lado izquierdo estaba un bestial gato presentado como Ryon , era un joven de delicada estampa casi femenina pero la ternura en sus ojos hacia imposible tomar nada de aquello como una razón para el desagrado mas bien lo opuesto como una razón para guardarle aprecio.
Cerca de Ryon estaba Arthur un mozuelo de corta edad y mucha energía. Sabia que no era sensato subestimar a alguien por su corta edad menos tras la gran ayuda que Timmy, el pequeño de los mandados, significaba para la tienda. Arthur era un bestial perro.
Mas alejado del grupo había un hombre elegantemente vestido pero su cabello denotaba una actitud menos rígida ante la vida. Miraba la vitrina con falso interés. Apoyado en su bastón. Era hombre joven de cabellos negros con ondas casuales.
Oscar siguió mi mirada al percatarse de mi falta de atención. El viene con nosotros. El es..
Joshua.. no veo la relevancia de dárselo pero ya que estamos en afán de presentaciones.
Estos pasteles que usted vende son del día cierto?- mirándole por el rabillo del ojo.
Lo son- podía intuir la mal intención en su voz- pero es el final del día quizás desee probar uno a primera hora mañana.
Y los vende ? Porque yo soy especial al resto, porque trabajaremos juntos y seria inconveniente que me intoxicara?- me miro.
No están a la venta ya. Le puedo asegurar que las condiciones son optimas aun. Los pequeñuelos que los vienen a buscar no se han quejado. Y no es por la ausencia de familia que cargan.- se acerco a él.- solo asumí por su rostro que tenia gustos muy particulares.
Pues no se me antojan de igual manera- dijo finalmente.
Por supuesto que no -dije con una sonrisa intencionada.
Bueno yo creo que ustedes tienen todo en orden aquí. Yo me puedo retirar a mis asuntos. dijo el hombre retirándose- tenga buena tarde mademoiselle.
Supongo que usted la tendrá - dije viendo la sonrisa coqueta de su cara.
Bueno..supongo que ud tendrá un plan, Oscar.
Claro mademoiselle.. y requerirá de toda la ayuda que usted pueda darnos..
No hay comentarios:
Publicar un comentario