Julie Cheng capitulo 2: Nikolai y su hermana.

Después de lo sucedido había encontrado consuelo en su amistad con David.

Mas que una amistad era un compañerismo innato, amábamos nuestras misiones contra el sabbat. 

Nos divertíamos viendo películas.

No es lo que ustedes creen pues él jamas podría pensar en algo mas, demasiado complicado para él en su condición.

Bueno yo quizás sentía una atracción hacia él. pero de nuevo, quien no sentiría una atracción inapelable contra un asesino frió, despiadado y muy muy preciso? Fuera del trabajo también era entretenido.

Pero no iba a ser yo quien complicara la vida de tan importante arma del emperador. Ni la vida de mi amigo.

Hoy era una fiesta organizada en nuestro recién inaugurada discoteque céntrica, cuando tienes una entrada subterránea desde tu base de operaciones a un lugar pues tienes que asegurar la salida no? 

Así nos ganamos un interesante local nocturno.

Hora de inaugurar invitando a todo cuanto quisiera venir desde las altas esferas de nuestro circulo, hasta los segundos o terceros mandos.

La comida iba a ser de lujo, teníamos unos aperitivos especiales que mostrar.

Todo iba viento en popa, la seguridad era de lujo. No iba a pasar nada dentro del local.

Contrario a lo que pensaba, algo inesperado paso.

Llegó el jefe del clan Gangrel.

Nikolai, acompañándole del brazo su hermana Svetlana.

No hubiese llamado mi atencion si no fuera por sus espaldas anchas cubiertas por un hermosa piel de oso, nada bajo ella. Podía ver cada uno de sus perfilados músculos moverse hacia mi. 

Antes de dejar que eso me perdiera de nuevo. Vi su rostro.

Su cabello largo rubio platinado, sus ojos azul acero .. demasiado atractivo para ser cierto.

La bestia dentro de el atravesaba su mirada hasta mi. ¿ Me estaba mirando? ¿a mi?

Julie tu eres la anfitriona, claro que te mira a ti. Ve y preséntate como corresponde- me dije por lo bajo-

es que yo no me veo mas que un desvaído reflejo de persona a su lado.. el es tan .. el y yo soy tan ...Julie- me conteste.

Con mas razón, Julie- me reprendí- No tienes que temer.

Con la confianza reganada por el profesionalismo que siempre he cargado, camine sin caerme hasta el.

Señor, señorita(verdad ahí estaba ella hermosa, perfecta, cada curva. oh no ! recuperate julie!) Mi nombre es Julie Cheng soy la asistente personal del Emperador, jefe del clan malkavian.

Julie..Cheng-dijo el hombre con lentitud estremecedora, lo que le gano una leve mirada extrañada de su hermana que no se como pude ver. Estaba embelesada- Interesante.

Es un nombre, el mio. Me lo dieron cuando nací.- le dije extrañada.- no veo a que se refiere.
El me dedico una media sonrisa, el colmillo le asomaba por la comisura dándole un toque mas animal a su gesto. Bestial dirían algunos.
Yo contuve la respiración, o hice el gesto de.. hasta que recordé que no respiraba y eso debía verse raro.
Mi gesto solo logro un brillo en su mirada. Me sentí como una pequeña gacela en peligro.
Bienvenido, espero que usted y su hermana pasen una entretenida noche aquí- dije después de carraspear, otro gesto sin sentido.
No tengo duda de aquello - no dejaba de mirarme a los ojos. eso me incomodaba.
Sin embargo, tras decir esto se alejo.
Seguí atenta de mi trabajo. No puedo decir que no le busque entre la multitud porque la verdad si lo hice.
y le vi bailar, con todas y cada una de las mujeres lindas de Nueva York. Incluyendo a Dawn Donovan la mas hermosa toreador que alguien hubiese visto nunca y por mas una bailarina fenomenal.
Bien, mejor hago mi trabajo. Chequeaba su lista de importantes, luces, seguridad, pronto habría una reunión con el emperador mas me vale hacer el anuncio a tiempo. Como si hubiese fallado alguna vez. Sonreí.
Cuando volví a levantar la vista tenia una mano frente a mi.
Baila conmigo?- Era Nikolai. Había visto como se movía en la pista. Cada movimiento, cada paso. A pesar de lo que sintió había sido un gusto mirar y ahora queria bailar con ella.. conmigo??.
Estoy algo..ocupada- le conteste nada convencida..
Vamos solo serán unos minutos- me contesto.
Esta bien lo haré- mientras solo podía pensar en como mi mano tomaba la suya mientras caminábamos a la pista.