sábado, 18 de enero de 2014

Isadore Gerard capitulo 3: Carnival.

Las situaciones me habían llevado a este punto. Me sentía invadida en mi intimidad, en mi propio hogar.
No había que hacer. Me había involucrado concientemente en una situación de peligro. Hombres podían tratar de entrar a mi casa en busca de lastimarme y yo por mucha habilidad que tuviese no podía enfrentarme a mas de un individuo por vez.
De no haber visto con mi propios ojos el peligro, no hubiese permitido a eso hombres que recién conocía tomar decisiones por mi. Por mas honestas y sensatas que estas fuesen.
Por que lo eran. En principio lo eran.
Oscar era el hombre mas recto que había conocido yo en mi existencia. Su honor no era una cuestión para poner en duda.
Por cuanto, cuando me dijo que alguien debía quedarse junto a mi para protegerme. No pude menos que asentir dócilmente. Mas en ningún caso feliz.
Cuando me entere que mi protector no seria otro pero Carnival, presentí problemas.
Yo, una señorita de clase media con educación acorde viviendo junto a un hombre que no tenia idea que significaba el concepto.
O prefería ignorarlo.
Paciencia mademoiselle, me dije a mi misma, usted esta consciente que el tiene las capacidades para ayudarle en caso de peligro. Lo demás puedo hacercelo saber.
Día uno y ya había problemas.
Debido a que mi habitación de visitas se había convertido en una oficina para atender a gente en necesidad de ayuda, debí destinarle un espacio en mi salón. un camastro junto a los sillones.
Le llevaba las prendas de cama para su mayor comodidad y el abre la doble puerta de vidrio solo con sus pantalones puestos.
Dioses, el escarlata cubrió mis mejillas, señor... Carnival , ¿nadie le dijo a usted que no debe presentarse en paños menores frente a una dama?
Mademoiselle Gerard me niego a creer que se sienta ofendida por ver  un torso masculino. No es digno de escándalo siquiera, a menos que no hubiese visto jamas uno- dijo sonriendo descaradamente para terminar con una ceja levantada con inquisitiva diversión.
No, mucho menos espere verlo de alguien de  quien no tengo parentesco alguno- dije con indignación.
Pues que le aproveche- dijo sentándose en el camastro en clara exhibición.
No podía negar que su musculatura era digna de una escultura griega. Pero su desparpajo le despertaba mas de un ímpetu francés que se traducía al final en un disgusto exacerbado.
Usted es tan falto de prudencia y tacto- estaba carmeci ahora en furia- recuerde su calidad de invitado a esta casa. La cual es una casa decente ¿sabe ud?- estaba cayendo en la desesperación.
Esta bien- dijo tomando y organizando su camastro- le prometo que mañana ...sera menos impactante. Y en el futuro preveera conversar conmigo de antemano.
Estoy demasiado agotada para intentar seguir las osadías que me deja oír de sus labios- le dije volteandome- me iré a descansar.
Usted haga a su gusto ya mañana intentaremos mostrar mas cortesía e intentar hacer de su presencia una situación mas llevadera-dije abriendo la puerta. Espere respuesta. No llego ninguna solo una respiración constante y relajada.
Estaba dormido. no era necesario girar para comprobarlo.
Sin embargo lo vio, se veía como lo que parecía tener dentro, se veía como un hombre bueno desde lo mas profundo.
Mirarlo en ese estado tan vulnerable, inevitablemente anidaba un sentimiento en el corazón.
A dormir y no pensar en su cabello rojo revuelto ni en sus brazos fuertes donde cualquiera se sentiría a salvo.
 ¿No era acaso la idea sentirme así?.
Sacudió ese pensamiento de la cabeza mientras se dirigía a su habitación.




No hay comentarios:

Publicar un comentario